lunes, 17 de marzo de 2008

Discurso de profesor

En sus 30 años de experiencia pedagógica, el profe Zambrano desarrolló su teoría general del discurso como instrumento motivacional", que otros llaman "como dormir a los alumnos a punta de carreta". Su postulado es el siguiente: "Si todo lo demás falla, écheles un discurso. Puede que también falle, pero por lo menos se desahogará".
El profe Zambrano tiene clasificados en varias categorías tos discursos de sus colegas a los estudiantes, así:
El de mártir:
No importa cuanto me mate. No importa cuantos recursos pedagógicos intente. No importa cuanta confianza les dé. No importa cuantas veces repita una y otra vez lo mismo... ustedes no valoran el esfuerzo que hago por ustedes... ustedes no parecen interesados en aprender.
El de fascista:Con que creen que esto es un paseo. Pues se acabó. De ahora en adelante no más papaya. Empiezo a las en punto y cierro la puerta, Y las evaluaciones van a ser orales. Así que aprenden o aprenden. No más vagabundería. Para mañana se leen el libro completo. ¡Oyeron!
El de indiferente:¿No quieren estudiar? Pues no estudien. A mí me pagan igual. Yo cumplo con dictar mi clase. Ya los veré llorando a final de semestre. Y mientras ustedes pierden su tiempo y la plata de sus padres, yo me voy muy tranquilo para mi casa.
El del bacán:
A ver muchachos, que les pasó. Dejen de pensar tantos en los novios y novias, Por esta vez se las voy a perdonar, pero tienen que ponerse las pilas. No se van a tirar la materia por esas pendejadas
El del analista:La sucesión de fallas en sus trabajos evidencia que existe una absoluta incomprensión del mensaje, motivada en alto porcentaje por la falta de concentración durante el proceso pedagógico de enseñanza-aprendizaje, lo que requiere de su parte una evaluación interna de sus metodologías de asimilación intelectual, si desean cumplir con los requisitos académicos exigidos por la institución.
El del neurótico:
¿Esto es un trabajo profesional? ¿Esto es un trabajo de universitarios?. De que les han servido seis semestres, es que pasaron por encima o que. Es que no hay derecho, no hay derecho a que personas como ustedes aspiren a ser profesionales. Estos son errores infantiles, estúpidos e injustificables.
El del optimista:
Pese a que de los 100 trabajos que revisé ninguno alcanzó la nota de tres, no se preocupen. No son problemas insalvables. Estoy seguro de que si trabajamos duro, entre todos lograremos superar nuestras deficiencias. Animo, todavía hay tiempo y podemos salir adelante.
El del maquiavélico:
Esta bien. No les pienso reiterar más la importancia del estudio, pero vamos a hacer unos cambios. De ahora en adelante, por cada trabajo que se rajen les quito una nota a un trabajo bueno. Les parece injusto, Tal vez lo sea, pero si no se rajan, nada pasará. ¿Será que así sí estudian?...je je je.
El del futurólogo:
Tal vez hoy no lo noten tanto, pero el día de mañana, en su vida profesional es cuando se van a dar cuenta que esto sí era importante.
El del resignado:
No sé que decirles, mejor tomen los trabajo y saquen ustedes mismos sus conclusiones.