miércoles, 13 de septiembre de 2023

Hora de almuerzo


En la puerta del edificio donde queda la oficina, un heterogéneo grupo de empleados y empleadas dialoga.

— Ya estamos todos,  ¿cierto?

— No, falta Villegas.

— Como siempre, cosa rara.

— No importa, mientras llega decidamos a dónde vamos a ir hoy.

— Yo propongo el de siempre.

— Pero siempre lo mismo, variemos aunque sea por hoy.

— Me recomendaron la bandeja paisa del que queda a dos cuadras.

— Rico.

— Perdón pero ustedes saben que mí los fríjoles me caen mal.

— ¿Y si la pide sin fríjoles?

— Valiente gracia, una bandeja paisa sin fríjoles.

— Yo, en cambio, tengo problemas con el chicharrón por lo del colesterol.

— Entonces vamos al vegetariano.

— Huy no, para comer paisaje.

— Así no es, hay hartos menús y variados.

— Pero almuerzo sin carne no es almuerzo. Que tal el del letrero grande aquí, a dos cuadras.

— Ese sí me gusta.

— Y además tiene varias opciones.

— Ok, apenas llegue Villegas…

— Yo allá no voy.

— ¿Que? 

— Yo allá no voy. Pero tranquilos, vayan ustedes.

— Por qué.

— La atención no me gusta, hay una mesera que siempre me trata mal.

— No es a la que usted invitó a…

— ¡Dejemos así!, yo busco otro sitio.

— No, la idea es que vayamos todos. ¿Y la pescadería?

— Síiii. Esa es.

— Seguro.

—  Acuérdense de mi alergia…

— Verdad.

— Oiga, y que le ha dicho el médico.

— Que evite la comida de mar… esperen, abrieron hace poco un autoservicio pasando la avenida.

— No lo conozco, pero puede ser.

— Yo sí lo conozco y es bueno...

— Ese es.

— ...pero ya es muy tarde

— ¿Cómo así?

— Toca ir temprano porque a esta hora ya acabaron con todo lo bueno. Además mientras hacemos la fila se nos pasa la hora de almuerzo.

— Lástima, mañana madrugamos.

— Vale.

((Silencio a múltiples voces))

— ¿Y el de carnes?

— Me gusta pero…

— Sí, pero…

— De acuerdo, ese es el preciso después de la quincena. Delicioso pero caro.

— Lástima.

— Pues sí, miren quien llegó,

— Hola Villegas, aquí pensando dónde almorzamos.

— ¿Dónde siempre?

— Tocará.