Perdón por la incoherencia. Me explico. “Revivamos nuestra historia” era un programa de
televisión que dramatizaba hechos del pasado colombiano. Por ahí pasaron
Bolívar, Núñez, Gaitán, Mosquera y Obando. Como se supone que la idea de estas
notas es dar alternativas a los poco creativos guionistas de Hollywood, de ahí
lo de incoherente.
Ya en paz con mi conciencia aquí van dos propuestas sacadas de épocas previas. Una
conocida y otra no tanto. Primero la famosa. En plena batalla del Pantano de
Vargas los españoles le iban dando tremenda muenda a los locales. Eso parecía partido del Barcelona contra
burro amarrado (léase cualquier equipo que no sea el Real Madrid o – a
veces– el Atlético)
Una parte del libreto ya está escrito. Cuando Bolívar dice
“se nos vino la caballería y se perdió la batalla”. Aparece un llanero. Rondón.
Pide pista, Bolívar suelta otra frase
histórica: “Coronel, salve usted la patria”. Rondón sabe que su responsabilidad
es mantener la altura del guión, así que responde con otra frase de esas que suenan importantes: “los que sean valientes
síganme”.
Quince tipos le cogen la flota. Y se mandan en tremenda carga de
caballería. Los españoles pierden la batalla y salen corriendo. Unos días
después Bolívar los remata en el Puente de Boyacá y 200 años después comemos
sancocho en vez de gazpacho, arrendamos apartamentos en vez de tomar pisos,
decimos ustedes en vez de vosotros y nuestros gilipollas arrancan en pendejo y
terminan en el tamaño de las gónadas.
Dejando de lado la lingüística y volviendo al cine, esa
carga de caballería tiene material para película y hasta para miniserie.
Quiénes eran esos 15, cómo llegaron ahí, qué les pasó después. En el Pantano de
Vargas un soldado o policía le recita a los turistas parte de la historia que,
si mal no recuerdo, incluye hasta trío
entre uno de los lanceros, su esposa y un español. ¿Quieren más?
La segunda idea del día es un hermano desconocido de la
primera. Tengo entendido que en un canal regional de TV ya la hicieron. Misma
época. Los españoles esperaban a los
criollos por el norte porque de ahí para abajo estaban Los Andes y nadie iba a
ser tan estúpido de intentar atravesar la cordillera. Pero mi general Bolívar
les salió general y fue eso lo que hizo. Cuando los que estaban arriba se
dieron cuenta de que les habían metido un gol geográfico-militar,
inmediatamente se lanzaron a reforzar los que estaban abajo. Pero no llegaron.
En Charalá, en el Puente de Pienta, un grupo de patriotas se les atravesó.
Suficiente para que hoy en día tengamos muchísimas reinas y reinados, aunque
Juan Carlos, Sofía y Felipe de Borbón no forman parte de ellos.
Lo que pasó en ese puente fue heroico y glorioso. Ojo:
heroico y glorioso no son sinónimos de victorioso. Una pista, algunos
historiadores llaman al hecho la masacre del Puente de Pienta. Con el agravante
de que después de arrasar con los que estaban en el puente siguieron con el
pueblo.
Pero en eso hay que tomar el ejemplo de los gringos y su
Álamo. Se parece bastante. Una batalla de civiles gringos contra un ejército
regular mexicano donde, como era de esperarse, la tropa volvió chicuca a los
civiles. Y podemos agregar que con algo de razón, porque ellos (los gringos)
eran los invasores. Nada de eso importa. Los gringos volvieron héroes a estos
tipos y les han hecho libros,
miniseries, monumentos y, por supuesto, películas.
En Pienta están los mismos
elementos, con una ventaja. Ellos sí
eran los buenos. Otra: con todo y masacre, funcionó y Barreiro nunca
recibió esos refuerzos. Ahí quedan dos
ideas para sendas películas. Me gustaría verlas algún día.