jueves, 18 de junio de 2015

Profesión, saboteador de fotos


Emilio tiene 45 años, es ingeniero con maestría y candidato a doctorado. Desde pequeño se interesó por las ciencias exactas, la matemática, y la investigación. Su experiencia profesional incluye empresas privadas y públicas en Colombia y el extranjero. Hoy es un consultor independiente altamente cotizado. Sin embargo, su currículum vitae no incluye la más notoria de sus habilidades, ratificada casi a diario en múltiples escenarios. Nadie como él para tirarse las fotos de grupo.

En tiempos donde cada reunión de dos o más está condenada a su ración de selfie, instagram, facebook y twitter,  tipos como Emilio posan varias veces al día para la posteridad en ambientes sociales, académicos e industriales. Pero él es el tipo que, exactamente durante la fracción de segundo en que se activa el disparador, está mal sentado, mal parado, mal ubicado, distraído... o en alguna de las siguientes acciones.

- Cierra los ojos.

- Entrecierra los ojos cual borracho en grado tres o superior.

- Mira para otro lado cuando la foto es posada.

- Mira la cámara cuando la foto es espontánea.

- Chatea en una reunión donde todos los demás atienden juiciosamente.

-  Tiene ese botón suelto, esa cremallera desubicada, ese cuello medio torcido, esa corbata mal anudada que contrasta con la elegancia de todos los demás.

- En casos extremos, no solo carece de elegancia, sino que revela intimidades como el color de los pantaloncillos o la reciente depilación de pecho.

- Pasa justo cuando están tomado una foto con la que él no tiene nada que ver  y de alguna forma queda como centro de la misma.

- En escenarios donde todo el mundo debe callar, aparece conversando animadamente.

- En grupos de trabajo donde todos deben intervenir, se le ve callado y ausente.

- Las manos tienden a estar agarrando la escasa cabellera que sobrevive en la parte de atrás, brillando la tremenda frente que ha ido creciendo con los años o en zonas de esas que sirven para sentarse, reproducirse y –como se ve en la foto- rascarse.

- No importa lo festivo o alegre del evento, pone cara de bravo

- No importa lo solemne o triste de la ocasión (incluye funerales), sale sonriendo o riendo.

- No importa nada, él siempre tuerce la boca, (o la jeta, como gráficamente lo describen sus amigos).