miércoles, 30 de abril de 2025

Especialmente para ti

Al amigo Josué le llegan periódicamente mensajes de texto, correos electrónicos y llamadas telefónicas con ofertas que suenan interesantísimas. Son de esas que uno no se puede perder. Lástima que el inconsciente sujeto y protagonista de esta historia se las pierde todas, bajo el igualmente inconsciente método de ignorar, borrar y hasta bloquear. Y, cosa curiosa, su vida no ha tenido cambios significativos.

De un tiempo para acá, los desconocidos interlocutores, preocupados por su bienestar, ajustaron la estrategia. No se limitan a elogiar el producto o servicio, sino que le explican a Josué (con nombre y hasta apellido) que es una oferta especial para él. Solo para él o, por mucho, para él y un grupo de elegidos.

Entonces un día aparece ese correo donde le advierten “Josué, aprovecha esta oportunidad, estará vigente por pocas horas”. Lo de aprovecha no es un dato menor. Porque en lugar de un formal aproveche usted, va el confianzudo y cómplice “aprovecha tú”. Sí, el asunto varía de región a región, pero el protagonista de esta historia habita una zona donde el tuteo es solo para gente con lazos cercanos de amistad o parentela. 

Otro dato clave es lo de las pocas horas. La vida es de oportunidades y quien las deja pasar, paila*.  Pero tus amigos no dejarán que eso pase. Por eso te avisan. A ti, Josué.

Eso de hacerte sentir importante no solo aplica para ventas. Por lo menos no para ventas inmediatas. Algunos mensajes solo promueven participación. Informan a Josué que es uno de los pocos expertos escogidos para opinar sobre X tema, o elogian sus competencias y conocimientos (sin especificar cuáles) antes de invitarlo a contestar una encuesta o conocer, sin ningún compromiso, algún producto o servicio.

Aquí hay otra constante. Los halagos abundan, pero los detalles particulares escasean. Por mucho, nombre y apellido que a veces fallan en ortografía (Josue en vez de Josué). O con sutiles variaciones (José o Josías en vez de Josué). Son problemas menores que contrastan con anuncios rimbombantes como “oportunidad diseñada pensando en ti”, “tú nos importas y por eso tenemos una gran oferta” o “es lo que tú te mereces”.

Lo que casi nunca le explican al destinatario es porque esa oportunidad es para él, cuál rasgo individual lo hace tan importante o qué lo hizo digno de merecimientos. El casi del nunca es cuando el mensaje llega por alguna red social donde, si dan algún argumento, coincide con la información pública del respectivo perfil. 

En todos los casos, como siempre es por tiempo limitado, no hay espacio para reflexionar. Hay que actuar de inmediato. Y como dijimos, habrá quienes reaccionan ante las tentadoras propuestas de sus nuevos amigos. Pero siempre existirán tipos estilo Josué que desperdician la ocasión.

Y aunque esto debería terminar aquí no faltan los malpensados. Los que desconfían de esos mensajes “personalizados”. Los que creen que como hoy en día piden datos hasta para entrar a un baño público estos terminan en un poco de bases de datos. Los que han leído o escuchado que esa información se vende y se compra y es usada con propósitos comerciales o incluso delictivos. Los que creen que existen cazadores de perfiles buscando potenciales clientes (o víctimas) en redes sociales para hacerlos sentir importantes y engancharlos en algún tipo de negocio, no siempre lícito o, por lo menos, no siempre bueno.

En realidad no es nada novedoso. Sin importar, género, edad, experiencia o conocimiento, todos los seres humanos (Josué incluido) tuvieron, tenemos y tendrán una debilidad especialmente vulnerable a los elogios.

Los sicólogos y psiquiatras lo llaman ego.

*Traductor intergeneracional. Paila es una expresión que alguna vez estuvo de moda para indicar efectos negativos.