Como estamos de Día sin Carro en Bogotá es una buena
coyuntura para hablar de una serie de personajes que se han ido tomando tanto
las vías diseñadas para los velocípedos como las otras (calzadas, parques…
andenes). Como a todo señor, todo honor, comencemos por el pionero, el
precursor, aquel que pedaleaba por la ciudad antes de que el asunto se pusiera
de moda y que lo sigue haciendo. Hablamos de…
…el jardinero, que con su turismera (doble barra,
preferencialmente), con la cortadora de pasto, la pala y el azadón amarradas a la barra, las demás
herramientas sobre la parrilla y en la maleta recorre las calles en busca de
trabajo al lado de…
…el hipster, quien por alguna razón considera que una
barba brinda más seguridad que un casco, desafía la física y la anatomía pedaleando con sus hiperestrechos pantalones y cuya bicicleta debe verse clásica
pero recién comprada mientras comparte espacio con…
…la kamikaze, que también viene en versión masculina pero
destaca como su género es igualmente
apto y hasta mejor para hacer cruces suicidas, no respetar semáforos,
serpentear entre carros en movimiento y, definitivamente, creerse inmortal
mientras la ven pasar a toda velocidad, entre otros…
….el no quiero estar aquí, sobre todo usuario de ciclovía
dominical que por aquello de que los opuestos se buscan hizo pareja con una
avezada deportista quien lo arrastra cada vez que puede a pedalear, cuando el
preferiría pasar su tiempo libre echando barriga frente al televisor. También
admite rotación de géneros, lo que no ocurre con…
… el ama de casa tradicional que ya no camina a hacer sus
diarias diligencias después de despachar a los hijos al colegio, sino que
pedalea en su muy femenina bicicleta, con su muy ciclista pinta y su canasto
artesanal que contrastan con…
… el astronauta, cuyas gafas polarizadas, casco protector,
chaleco reflectivo, hombreras y rodilleras anatómicas (sumadas a cualquier
dispositivo o artefacto inventado o diseñado por el hombre para proteger o
destacar al ciclista) lo acompañan en su recorrido diario de cinco cuadras de
la casa al trabajo y viceversa, sin alcanzar nunca velocidades como las de…
…el motorizado, que viene en distintos tamaños pintas y
colores, desde el usuario de un moderno, silencioso y limpio –ambientalmente
hablando– ciclomotor eléctrico; pasando por el que le adaptó un motor viejo,
ruidoso y contaminante a una cicla; hasta el que anda en un vehículos que se ve
como moto, anda como moto y suena como moto pero dicen que es una bicicleta, y suele ser un
reto adicional para…
…el competidor, quien desde el momento en que sale de su
casa está decidido a ser siempre el primero en la esquina, el primero en cruzar
el semáforo, el primero en llegar (a donde sea) el que siente como un insulto
personal cuando alguien lo rebasa y el que diariamente enfrenta y vence a
decenas de rivales que jamás se enteran de que participaron en una carrera
como…
… la alternativa, con su pelo de colores, sus tatuajes, sus
piercings, su exótico morral, sus bluyines rotos y sus accesorios –ninguno de
los cuales es un elemento de protección personal como casco o reflectivos– que
pedalea de forma apasionada y comprometida como…
…el ideólogo, para quien cada pedalazo trasciende y es la
afirmación de un propósito intelectual, ecológico, responsable y sostenible para
garantizar la supervivencia de la especie, combatir el cambio climático y
salvar al planeta lejos de motivaciones
materiales como las que mueven a…
…el mensajero, personaje clásico, solo que en tiempos de
apps se caracteriza por llevar a manera de mochila una caja
desproporcionalmente grande cargada de domicilios y por consultar
constantemente –y en movimiento– su
teléfono en busca de más trabajo, destreza apenas superada por…
…el acróbata, que cada vez que puede –y muchas en las que no
debe– demuestra sus habilidades excepcionales mediante acciones como soltar el
manubrio en movimiento, chatear mientras pedalea o zigzaguear entre carros y
grupos de ciclistas como…
…los invasores, quienes andan en manada –entre más, mejor– y
conversan animadamente mientras se movilizan y ocupan los dos carriles de la
ciclorruta o una ciclovía completa, conversación distinta a la de…
… el monologuista, solitario ciclista quien mientras echa
pedal echa carreta con un interlocutor invisible gracias a la magia de los
manos libres encarnando ese fenómeno de nombres raros (simbiosis, sinergia,
sincretismo) donde dos fuerzas, costumbres, actividades o tradiciones de juntan
y, a veces, se caen por tratar de hacer dos cosas al tiempo.
…pero eso es otra historia.