miércoles, 23 de octubre de 2024

Son solo cinco preguntas

— Buenos días, quisiera hacerle algunas preguntas.

— ¿Y eso para qué?

— Soy encuestador, este es mi trabajo. Si tiene alguna duda, con mucho gusto me identifico.

(Silencio, mirada perdida).

— Tengo el carnet de la empresa con código QR de verificación.

(Silencio, mirada perdida).

— ¿Quiere verlo? O, si está de acuerdo, comenzamos.

— Yo creo que que sí.

— Bueno, entonces comencemos.

— Pero antes muéstreme el carnet.

— Por supuesto (saca un documento laminado y se lo pasa). Mire. Ahí está el código QR por si quiere verificar con su teléfono.

(Revisa la identificación en silencio y se la devuelve) ¿Y esto para qué es?

— Estamos haciendo un estudio sobre hábitos de compra…

— Yo no voy a comprar nada.

— No se preocupe, no estoy vendiendo nada. Son solo algunas preguntas. ¿Podemos proseguir?

— Supongo que sí.

— Cuándo usted...

— Aunque mejor no. Me preocupa entregarle información a desconocidos.  

— No se preocupe, no es nada comprometedor.

— Ah  bueno, en ese caso...

— ¿Entonces, comenzamos?

— No no no, que en ese caso deme unos día para pensarlo.

— Disculpe le explico algo, es que es para hacerlo de una vez.

— Entiendo.

— A ver, la primera pregunta es…

— Pero es que no sé qué es lo que me va a preguntar.

— Por eso, déjeme preguntarle y así...

— Aunque claro, apenas me pregunte me voy a enterar.

— Exacto, así que podemos proceder...

— ¿Y qué pasa si no me gusta la pregunta?

— Pues tranquilo, no es obligatorio contestar.

— Hubiera explicado eso antes. Así sí se puede.

— Que bien, empecemos. ¿Cuando usted…?

— No. Espere. Qué tal que me arrepienta. A mí me da pena hacerle perder su tiempo.

— No se preocupe, ya le dije que este es mi trabajo.

— Bueno, bueno. Pregunte a ver.

— (Toma aire) Cuando usted...

— No es nada privado ni comprometedor. ¿Cierto?

— Ya le dije que no. Hummm, hagamos una cosa. Déjeme hacerle la primera pregunta y usted decide...

— Yo decido.

— Sí, lo que quiero es saber cuando usted…

— Es que es muy difícil

— Muy difícil...¿Qué?

— Tomar decisiones así, como tan rápido.

— Este, también tiene la opción de no sabe, no responde.

— ¿Y cómo sé?

— ¿Cómo sé qué?

— Cómo sé que no sabe, o mejor, que yo no sé. Porque que tal que sepa pero no quiera responder. O que responda y no sepa.

— Para efectos prácticos es lo mismo, insisto en que arranquemos..

— Es más, de repente sí sé, y sí respondo, o no sé y no respondo.

(Toma aire) Por favor, la primera pregunta es…

— ¿Y esto se va demorar mucho?

— De 15 minutos a media hora.

— La verdad me puedo demorar una hora, pero tengo una ropa pendiente de recoger en la lavandería, y todavía no sé si ir a recogerla ahora temprano o por la tarde.

— Bueno, pero…

— Porque si voy en la mañana me tengo que ir de una vez y no alcanzó a atenderlo, pero si voy en la tarde entonces no justifica haber salido en la mañana porque salí fue a eso.

— Tranquilo, haga lo que considere más conveniente.

— Déjeme pensarlo, hay ventajas y desventajas.

— Si le parece, puedo dejarlo…

— Claro que es que ya le hice gastar mucho tiempo.

— Entonces podemos...

— Pero yo quiero recoger esa ropa pronto

(Toma aire) Usted decide, ni más faltaba.

— Hummm, no hay ninguna diferencia. Ahora sí, pregunte.

— ¿Seguro?

— Sí, comencemos con esto.

— Bueno. Primera pregunta.

— Lo escucho.

— Cuando usted adquiere un producto o contrata un servicio, actúa de forma impulsiva, reflexiva o alternando las dos opciones de acuerdo con el producto o servicio.

— Ah no, eso conmigo es rápido. Yo voy a lo que voy y eso es de una sin darle tantas vueltas...