jueves, 24 de marzo de 2016

Qué programita


Hoy es fácil. Cuando no hay más que hacer basta con conectarse a Internet y empezar a quemar  tiempo navegando en el ciberespacio. Pero no siempre se puede. Las conexiones fallan. No todo el mundo dispone del respectivo aparato disponible las 24 horas. Como nada es gratis en la vida,  a  veces el problema es carencia de datos u otras carencias. Carencia de plata para comprar más datos o carencia de medios para hacer efectiva la transacción.

Cuando estas  y circunstancias similares se presentan, hombres y mujeres se reencuentran con una antigua maldición de la especie. Quedan desprogramados.  En 1994 (sí, me estoy autoplagiando) escribí un texto sugiriendo algunas alternativas para aprovechar, o por lo menos sobrevivir, a esta incómoda abundancia de tiempo libre.

Teniendo en cuenta la fecha me parece una lectura pertinente. Tiene un valor  agregado, se trata de (a partir de este momento retomó con algunos ajustes el texto mencionado) actividades que ya han sido realizadas, en determinados momentos, por alguna persona interesada en innovar sus ratos de ocio.

- Preferiblemente para calentanos. Jugar un partido de microfútbol a las 9 de la noche y rematar con una sesión de piscina, de 10 a 12.
- Contar los escalones de ascenso al monumento del Pantano de Vargas.
- Arrancar una hoja, machacarla y oler cada una de las especies del Jardín Botánico  (aplica para parques de barrio).
- Contar las piedras de la Calle de las Trampas de Honda.
- Definir cuantas aspiradas consumen un cigarrillo.
- Observar durante horas una fila de hormigas a orillas de Pozo Azul en San Gil.
- Contar las culebras muertas en la carretera Marginal de la Selva, o en la troncal del Magdalena Medio.
- Tratar de determinar, al gusto, los minerales existentes en una piscina de aguas termales.
- Contar las papas del sancocho.
- Calcular la cantidad de parcelas que se divisan desde un punto determinado en la campiña boyacense.
- Identificar - sin mirar la placa - todos los santos de una iglesia estilo catedral.
- Determinar la profundidad de un río arrojando una piedra desde el puente.
- Establecer empíricamente cuantas calles en subida y cuantas en bajada tiene Manizales.
- Definir cuantos cruces de carretera se llaman La Ye en diversos puntos de  Colombia.
- Contar los monolitos en San Agustín.
- Definir cuantas y cuales variantes tiene la bandeja paisa en los restaurantes de Colombia.
- Contabilizar el tiempo que demora una cerveza en bajar la espuma.
- Buscar relaciones matemáticas en los números telefónicos.
- Barrer detrás de la nevera.
- Cotizar ese producto o servicio con el que siempre hemos soñado pero al que no tendremos acceso a menos que haya un incremento significativo en nuestro nivel de ingreso.
- Leer la traducción del punto anterior. Ver cuanto vale eso que queremos, pero  no podemos tener por  falta de plata. 
- Buscar algo que hacer en este texto.