Pero los hijos crecieron, y con los años apareció la desgracia de los padres del Siglo XXI: Los amigos de los hijos.
Gabriel es un tipo moderno, pero añora esas lejanas épocas en las que la voz autoritaria del padre seleccionaba, sin lugar a apelación, las amistades que convenían a sus vástagos. Si en sus manos estuviera, el haría otro tanto y proscribiría para siempre de su casa a:
- Poveda, el gordo que llega siempre a la hora de almuerzo, regresa a la de comida y cuando hace presencia en un horario distinto, su inevitable primera escala es la nevera.
- Martín, el del arete, los tatuajes, la cola de caballo y los ojos claros, que siempre saluda a Gabriel con la frase: “hola suegro”.
- Maritza, la loquita que le enseño a fumar a los hijos de Gabriel, le pica el ojo cada vez que puede, y quiere llevarse para una discoteca al menor (que tiene nueve años).
- Dulcey, el "nerd” del curso que cada vez que ve a Gabriel lo sienta en la sala y demora 40 minutos explicándole porque las nuevas generaciones tienen la obligación de ejercer una acción renovadora dentro de la política tradicional
- Jaramillo, el paisa rebuscador que siempre que llega de visita termina obligando a Gabriel a servirle de fiador para una habitación y a comprarle 20 chocolatinas hechas en casa.
.- Luciano, el aficionado a la música que piratea un CD diario, y va todos los días a las 11 de la noche para que los hijos de Gabriel lo escuchen todito
- Sonia, la confianzuda que contesta el teléfono como si estuviera en su casa, y siempre le dice al jefe de Gabriel que él acaba de salir.
- Juan José, el amargado que llega, se sienta en la sala, y permanece ahí durante 4 horas sin decir una sola palabra.
- Maria Cristina, quien cada vez que pelea en su casa se va para donde Gabriel a llorar sus penas, y no se retira hasta haberle contado su vida a todos y cada uno de los miembros de la familia... cuando se retira.
- Yenny, la estudiante de bellas artes que en un arranque de inspiración pintó un mural abstracto en la puerta de la cocina, y después tuvo el cinismo de decir que era su regalo para la familia.
- José Luis, quien lleva tanto tiempo yendo a la casa que entra directo a las habitaciones, sobre todo los domingos a las ocho de la mañana.
- Daza, el caballero costeño que cada cinco minutos se vuela a la cocina a hacerle propuestas indecentes a la muchacha de servicio.
- Martín, el torpe que en tres visitas ha roto ocho porcelanas, dos vasos, una jarra que había sobrevivido por tres generaciones y una complicadísima escultura de cobre
.- David, el amigo esotérico que asegura haber visto un ovni aterrizar frente a la casa de Gabriel, y quiere hacerle una prueba a la familia para saber quien fue reemplazado por un alienígena.
- Nicolás, el que no tiene computador y cada que llega acapara el P.C. de la familia cinco horas seguidas.