lunes, 14 de abril de 2008

Los amigos de mis hijos

Gabriel es un padre del Siglo XXI. Eso significa que combina sus obligaciones laborales con trabajo en el hogar. Saca pecho cada vez que puede narrar cómo él ayudó a educar a sus hijos. Cómo estuvo presente en algunos de esos momentos reservados antes a las madres (primer diente, sesión solemne, descalabrada) y cómo se convirtió en un experto en las difíciles artes de cambiar pañales, calcular la temperatura de la leche y provocar un eructo a punta de palmadas. El considera esto lo non-plus-ultra en materia de ternura.
Pero los hijos crecieron, y con los años apareció la desgracia de los padres del Siglo XXI: Los amigos de los hijos.

Gabriel es un tipo moderno, pero añora esas lejanas épocas en las que la voz autoritaria del padre seleccionaba, sin lugar a apelación, las amistades que convenían a sus vástagos. Si en sus manos estuviera, el haría otro tanto y proscribiría para siempre de su casa a:

- Poveda, el gordo que llega siempre a la hora de almuerzo, regresa a la de comida y cuando hace presencia en un horario distinto, su inevitable primera escala es la nevera.

- Martín, el del arete, los tatuajes, la cola de caballo y los ojos claros, que siempre saluda a Gabriel con la frase: “hola suegro”.

- Maritza, la loquita que le enseño a fumar a los hijos de Gabriel, le pica el ojo cada vez que puede, y quiere llevarse para una discoteca al menor (que tiene nueve años).

- Dulcey, el "nerd” del curso que cada vez que ve a Gabriel lo sienta en la sala y demora 40 minutos explicándole porque las nuevas generaciones tienen la obligación de ejercer una acción renovadora dentro de la política tradicional

- Jaramillo, el paisa rebuscador que siempre que llega de visita termina obligando a Gabriel a servirle de fiador para una habitación y a comprarle 20 chocolatinas hechas en casa.
- Amparo, la bailadora de salsa que en los 15 años de la hija de Gabriel, lo sacó a bailar y casi le parte la columna a punta de vueltas
.- Luciano, el aficionado a la música que piratea un CD diario, y va todos los días a las 11 de la noche para que los hijos de Gabriel lo escuchen todito

- Sonia, la confianzuda que contesta el teléfono como si estuviera en su casa, y siempre le dice al jefe de Gabriel que él acaba de salir.

- Juan José, el amargado que llega, se sienta en la sala, y permanece ahí durante 4 horas sin decir una sola palabra.

- Maria Cristina, quien cada vez que pelea en su casa se va para donde Gabriel a llorar sus penas, y no se retira hasta haberle contado su vida a todos y cada uno de los miembros de la familia... cuando se retira.

- Yenny, la estudiante de bellas artes que en un arranque de inspiración pintó un mural abstracto en la puerta de la cocina, y después tuvo el cinismo de decir que era su regalo para la familia.
- José Luis, quien lleva tanto tiempo yendo a la casa que entra directo a las habitaciones, sobre todo los domingos a las ocho de la mañana.

- Daza, el caballero costeño que cada cinco minutos se vuela a la cocina a hacerle propuestas indecentes a la muchacha de servicio.

- Martín, el torpe que en tres visitas ha roto ocho porcelanas, dos vasos, una jarra que había sobrevivido por tres generaciones y una complicadísima escultura de cobre

.- David, el amigo esotérico que asegura haber visto un ovni aterrizar frente a la casa de Gabriel, y quiere hacerle una prueba a la familia para saber quien fue reemplazado por un alienígena.

- Nicolás, el que no tiene computador y cada que llega acapara el P.C. de la familia cinco horas seguidas.