jueves, 30 de junio de 2016

Recorrido incoherente desde el barbudo de turno hasta los bancos ecológicos


1.- Volvieron los barbudos. Grandes matas de pelo cuelgan de las quijadas de un determinado grupo de caballeros. En tiempos pasados la barba era como el cabello. Su corte y cuidado dependía de profesionales. Hasta que el señor Gillete se inventó la cuchilla que convirtió la visita periódica a la barbería en rito diario personalizado. Y los cabellos en la parte inferior de la cara cogieron significado. Barba de intelectual, barba descuidada como indicador de malos tiempos, barba intencionalmente descuidada como estrategia de seducción, barba de malo,  barba de submarinista. Una nueva generación de barbudos ha retomado el vello facial. No hay que buscarlos, están en todas partes. Como lo que sigue.

2.- El caminante se encontró con un puesto de empanadas en plena calle. Mientras degustaba el producto, le dio por conversar con el microempresario de turno. Así cayó en cuenta de su error. No estaba comprando empanadas en la calle sino “Soluciones alimenticias que combinan comidas completas en empaques consumibles cerrados distribuidas en puntos con circulación constante de potenciales consumidores”. Y es que no era un rebusque, sino un emprendimiento.

3.-  Hoy está de moda hablar de los millenials. Personajes que no pueden ejercer como médicos, vigilantes ni en cualquier actividad que implique turnos u horarios. No lo digo yo sino perfiles (ejemplo) que aparecen periódicamente en diferentes medios donde destacan de este combo su creatividad, pero alejada de todo elemento formal. Es decir, algo así como yo cambiaré al mundo, pero cuando a mí se me dé la gana. Entretanto, que el mundo se aguante. Y que me mantenga. Lo que parece ser cierto es que este grupo sí quiere hacer del mundo un sitio mejor.  Mejor para ellos.

4.-  A propósito de emprendimientos, tienen sus portavoces oficiales: el asesor empresarial y su lista de instrucciones; y el experto en autoayuda con su seguidilla de frases obvias presentada como fórmulas mágicas en libros, conferencias, entrevistas y todas las anteriores. Tanto los unos como los otros parten de  un principio cuando menos discutible, que es que alguien que toda su vida laboral ha sido asalariado, ha pensado como asalariado, ha actuado como asalariado y se ha ganado la vida como asalariado, puede hacer la metamorfosis  a empresario con solo leer un libro, asistir a unas conferencias o anotarse en una lista.

5 -  Hablando de emprendimientos y millenials, hablemos de call centers. No sé si son un emprendimiento. No sé si los que trabajan ahí clasifican como millenials, pero en cambio tengo claro que son una mezcla extraña entre intruso, mártir, inoportuno y, generalmente, paisa, que se ganan la vida haciendo inoportunas llamadas a horas igualmente inoportunas para intentar vender inoportunos e innecesarios productos nunca solicitados.Y no sé como les pagan, pero si fuera por insulto recibido creo que más de uno sería millonario. Me caen mal, aunque los admiro y respeto. pero por favor, no me llamen.

6- También ofrecen modificaciones a determinados servicios. Por ejemplo, cierto banco se comunica periódicamente con sus clientes exhortándolos a ayudar al planeta renunciando a recibir sus extractos o cuentas por correo y pasándose al formato electrónico. Lo que no dicen es que esa renuncia se traducirá en una reducción de sus gastos de distribución. También son bastante discretos en el tema de cómo esa reducción beneficiará al cliente en concreto. Claro, puede que realmente sea un acto desinteresado cuyo único objetivo sea apostarle al futuro del medio ambiente.Al fin y al cabo... ¿desde cuando los bancos se preocupan solo por la plata?