viernes, 21 de agosto de 2009

Guillermo el Conquistador y una historia solo para adultos

Como el tiempo ha pasado y Guillermo El Conquistador sigue sin lograr pasar a la historia como versión nacional de Casanova, la voluntad inicial ha dado paso a una situación difícil, compleja, desesperada, horripilante... ¡Mamá!
Así que una tarde, mientras el don Juan de chocolate arrastraba sus pies por un andén repleto de tristeza, (el triste es Guillermo, el andén no tiene sentimientos), desde la vitrina de una caseta callejera, una hermosa rubia de poca ropa se convirtió en esperanza importada.
Ella tenía ojos golosos, rostro sensual, cabellera de comercial y un letrero en inglés que decía algo así como "Tus horas de soledad han terminado, llámame al..."
Y justo sobre el número telefónico, un ejemplar atrasado de la revista de Los Misioneros Descalzos del Atrato.
La publicación geográfico-religiosa hizo que Guillermo retornara al planeta Tierra. La rubia en mención se encontraba en la última página de una revista sólo para adultos, de esas que se venden en las casetas de cualquier ciudad del país.
Y aunque Guillermo había visto exhibidas esas publicaciones miles de veces sin prestarles mayor atención, ese día estaba deprimido, y pensó que un pecadillo menor de nombre gringo tal vez le subiría el ánimo.
Así que miró hacia su izquierda. Nadie conocido. A su derecha. Un muro. Adelante, la caseta. Atrás, una iglesia.
Aunque Guillermo no es hombre religioso, si tiene ciertas creencias. Así que decidió buscar otra caseta, sin referencias teológicas en las cercanías. Ocho templos. dos conventos, tres sinagogas, un centro de Hare Krhishnas, y una mezquita después, Guillermo el Conquistador finalmente encontró un puesto de revistas sin centros religiosos a la vista.
Nuevamente miró hacia su izquierda. Nadie conocido. A su derecha. El puesto de revistas!. Atrás. Una calle. Al frente. Un muro. Caminó con paso decidido y se ubicó frente a la caseta preguntando como quien no quiere la cosa. “Tiene... ¿El último Condorito?"
Después de preguntar por Revista Ganchillo, Mecánica Popular, Agricultura al Día, el New York Times, Tv y Novelas, Burda y Crochet para Jubilados, y ante la inminente amenaza de que el vendedor le preguntara acerca de la salud de su madre (la de Guillermo) finalmente se decidió a...
"Que hubo Memo". La voz sonó fuerte mientras la palmada golpeaba en la espalda. Esto era increíble. De todos los parientes posibles, tenía que encontrarse con el primo más bocón de toda la familia en ese momento.
Y la siguiente pregunta fue la más temida "¿Va a comprar algo?"
El de la caseta preguntó lo mismo "¿Va a comprar algo?"
...Y fue así como Guillermo El Conquistador regresó una tarde a su casa con el último ejemplar de Condorito, Mecánica Popular, Selecciones y 12 revistas más que, honestamente, le importaban un pito.