En tiempos en los que la juventud permitía los excesos,
Martínez esbozó la primera de sus
teorías. Como el hombre se pasó de tragos en más de una ocasión, muchas veces terminó “arrojando violentamente por la boca lo
contenido en el estómago”.
Para precisión de los lectores el acto descrito corresponde
al verbo vomitar. Sin entrar en descripciones detallada del resultado, hay que
mencionar una constante. Pequeños trozos
de zanahoria aparecían en el
producto de la desagradable acción. Como en muchas ocasiones Martínez no
recordaba haber consumido el susodicho vegetal horas, días, semanas o meses
antes de la juerga alcohólica
respectiva, la presencia de la raíz comestible le agregaba un toque de misterio
al asunto.
Pero este caballero solucionó el enigma con una hipótesis
radical. Si el vómito siempre contiene
zanahoria es porque tenemos un cultivo de zanahoria en el estómago. Así
nació la “Martinología”, disciplina científica que mediante afirmaciones tan
concluyentes como especulativas descifra los fenómenos inexplicables de la vida
cotidiana. A continuación, algunas de sus premisas.
1.- Los duendes existen y se manifiestan escondiendo las
llaves de la casa o el carro cuando tenemos afán por salir hacia alguna parte.
2.- Los seres humanos poseemos un magnetismo que atrae de
manera inexorable justo a las personas que no queremos ver.
3.- Dejar el paraguas en la
casa genera lluvias. Sacarlo atrae el sol.
4.- Los teléfonos celulares tienen un circuito integrado
que agota la batería los días en que
esperamos una comunicación urgente o tenemos que hacer una llamada ídem.
5.- Los almacenes
cuentan entre su personal con un equipo de funcionarios cuyo trabajo consiste
en: 1.- Establecer nuestras necesidades. 2.- Asegurarse de que el día que
vayamos a hacer una compra haya un solo producto en existencia y 3-. Traer un
cliente que adquirirá ese único producto justo antes que nosotros.
6.- Los documentos pueden, por lo menos una vez durante su
existencia, moverse por sí mismos. Y utilizan esta facultad para deslizarse por
fuera del maletín el día que debemos presentarlos para cerrar un negocio.
7.- Los ingenieros a
cargo de las redes internas de los bancos y otras instituciones donde se hacen diligencias
manejan un programa que detecta cuando visitamos sus instalaciones o nos
conectamos a su red de servicios en línea, con el fin de que justo en ese
momento se caiga el sistema.
8.- Cada vez que llueve
con suficiente fuerza, el conductor de una camioneta se parquea a dos
cuadras de un sitio por el que usualmente pasamos. Tiene un cómplice que le
avisa cuando nos dirigimos al punto en
mención para que se ponga en movimiento y pase a toda velocidad sobre un charco
para salpicarnos.
9.- El día en que nacimos, se abrió un expediente que se
distribuiría en todas las instituciones
educativas por las que pasamos con el fin de asegurarse que habría algún
conocimiento específico que nunca
recibiríamos adecuadamente. La copia final de ese expediente se le entregará al
encargado de escoger el personal de la empresa que nos ofrecerá el mejor empleo de nuestra vida, con el fin
de que incluyan el conocimiento
mencionado dentro de los criterios de selección.
10.- Los despachadores de las rutas de buses reciben un memorando en el cual se detallan las rutas que nosotros vamos a utilizar, con el fin de reducir su frecuencia al mínimo posible.
11.- Algunos amigos, el psicólogo, los compañeros de
oficina, los profesores y la pareja de Martínez se reúnen periódicamente para
decidir cuál le dirá, y en qué tono, que sus teorías son un poco paranoicas.