jueves, 12 de noviembre de 2015
Cómo jubilarse antes de tiempo
Se llama Eduardo. Es un profesional exitoso e independiente. Entre 30 y 40. Casa, carro, teléfono inteligente, vinos y postgrados. Aunque casado y con hijos, se creía joven. Hoy está cotizando geriatras, tomando agüitas y leyendo sobre tercera edad. Y todo por una pregunta.
Una mañana, Eduardo recibió el llamado de la democracia. Jurado de votación. El día de elecciones fue el primero en llegar. Ya en el pasado había cumplido esa función, normalmente acompañado de veteranos burócratas como maestros, secretarias u oficinistas. El mismo había trabajado alguna vez con el Estado.
Pero ese día el veterano era él. Compartía mesa con tres jóvenes - de esos que combinan trabajo y universidad - y con ella. Entre 20 y 24 años, cabellera larga, aspecto juvenil pero serio y un cuerpo que sin ser espectacular denotaba cuidado.
Ella era la presidenta, y asumió su papel con autoritarismo, repartiendo funciones e instrucciones. Los jóvenes intentaron, sin éxito, llevar la conversación más allá de las formalidades. Eduardo, por su parte, fingió indiferencia, aunque le pareció muy simpático que lo llamara “señor”.
Ocho horas son mucho tiempo. Entre voto y voto cada uno hizo un esbozo de su propia vida. Así, él supo que ella se llamaba Ester, que trabajaba en un banco, que estudiaba de noche, y ella supo que Eduardo había trabajado con el Estado. Y el caso es que llegó el momento del adiós.
Corrección. Era el momento de la inevitable cita con el destino. Nuestro profesional con carro se ofreció, generosamente, a transportar a sus compañeros de mesa. Y la providencia siguió pidiendo pista. Dos de los tres caballeros vivían cerca y un tercero tenía programado un encuentro en una tienda aledaña. En cambio ella dijo que sí, y en ese momento la seria presidenta comenzó a tomar cara de aventura extramatrimonial.
Mientras arrancaban, Eduardo, por iniciar conversación, le hizo un par de preguntas acerca de su trabajo. Ella respondió con monosilabos. Hubo un largo silencio. Y entonces vino la pregunta que tiene al sujeto en mención acostándose a las 8, usando gorro de lana y reservando cupo en los asilos de ancianos.
¿Y usted desde cuando se jubiló?
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