jueves, 22 de enero de 2009

¿Qué tan grosero es usted?

Hubo una época en la que ciertos gremios tenían la exclusividad. Los más representativos correspondían a conductores de vehículos pesados (camiones y buses urbanos) y distribuidoras minoristas de alimentos en plazas de mercado (merchantas, les decían). Ellos y ellas incluían en su jornada laboral muchos adjetivos no publicables. Pero eso era el pasado. Hoy, desde la tierna aspirante a reina de belleza hasta el presidente de la multinacional consideran el día perdido si no han incluido por lo menos 10 palabras de esas en su léxico diario. Para saber qué tan sintonizado está usted con esta “moderna” forma de expresión, responda el siguiente cuestionario y anótese un punto por cada respuesta afirmativa.

1.- ¿La letra de la canción “La camisa negra” no tiene ningún misterio para usted? (Anótese un punto adicional por cada tema similar que conozca)
Sí.
No.
2.- ¿Cuándo se golpea al momento de clavar una puntilla NO dice zambomba, recórcholis o cáspita?
Sí.
No.
3.- ¿Sus amigos o amigas, compañeros de universidad, colegas de oficina o colegas ocasionales de rumba responden al nombre genérico de “marica”, independientemente de su orientación sexual?
Sí.
No.
4.- ¿En algún momento de su infancia su abuelita, su mamá, o alguna tía lo obligó a comer jabón?
Sí.
No.
5.- ¿Maneja en su lenguaje diario grandes números indefinidos representados por los prefijos doble, triple, tetra, o so gran?
Sí.
No.
6.- ¿Dispone de un abundante léxico de nominaciones para su computador, carro, moto, bicicleta, televisor, equipo de sonido o cualquier otro artefacto cuando este no funciona? (Anótese un punto adicional si las expresa a grito herido)
Sí.
No.
7.- ¿Si hablara por televisión, la mitad de su conversación sonaría “piiiiiiii”?
Sí.
No.
8.- ¿Usted jamás en la vida la ha embarrado, pero reconoce que algunas veces ha hecho algo parecido que comienza por C?
Sí.
No.
9.- ¿Se anticipó a García Márquez y a Gustavo Bolívar en el uso público y desinhibido y constante de palabras contenidas en títulos como “Historias de mis putas tristes” y “Sin tetas no hay paraíso”?
Sí.
No.
10.- ¿Tiene la costumbre de mandar algunas personas a lugares indefinidos que comienzan con M o con C, ubicados cerca a la República Independiente de La Porra?
Sí.
No.
11.- ¿La frase “con esa misma boca dice mamá” lo ha perseguido a lo largo de su existencia? (Nota: Se puede reemplazar boca por una palabra que empieza por J, termina por A, e incluye al protagonista de E.T.)
Sí.
No.
12.- ¿En los momentos más difíciles de su vida, invoca al hijo de la mujer que ejerce la profesión más antigua del mundo?
Sí.
No.
13.- ¿Aunque su actividad económica no es la capricultura, lamenta constantemente tener que relacionarse con un cabro sin cuernos que termina en N?
Sí.
No.
14.- ¿No le molesta ni extraña la costumbre española de anunciar necesidades fisiológicas en símbolos religiosos o parientes cercanos en momentos de ira e intenso dolor?
Sí.
No.
15.- ¿Prefiere mantenerse en silencio en presencia de una monja?
Sí.
No.
16.- ¿Es capaz de sostener una discusión de calidad y precio en una plaza de mercado en los términos que le pongan?
Sí.
No.
17.- ¿Se vale del tamaño y género de los testículos para medir la inteligencia de las personas?
Sí.
No.
18.- ¿Utiliza el término médico gonorrea para referirse a alguien en particular?
Sí.
No.
19.- ¿Tiene la habilidad de reconocer y nombrar aquellas personas que tuvieron problemas al ser paridos, lo que posiblemente generó algo mal en el proceso?
Sí.
No.
20.- ¿Usa constantemente las expresiones puerca, michica, tantas (y la de García Márquez en el libro que sabemos) en una palabra que comienza por h y también puede terminar en madre?
Sí.
No.
21.- ¿La dieta de sus contradictores debería incluir, en su concepto, alimento sometido previamente a procesos digestivos, a veces en cantidad equivalente a un cerro?
Sí.
No.
22.- ¿Tiene absolutamente claro cuál es “la que sabemos”?
Sí.
No.
23.- ¿Lo que le mira al sexo opuesto si este le da la espalda no se llama derriere, ni nalgas, ni caderas, aunque sí comienza por C?
Sí.
No.
24.- ¿Cuando transcriben una intervención suya, aparecen signos incoherentes como @#€x$/+xx¬€#, o iniciales seguidas de puntos suspensivos (p…, c…, m…)?
Sí.
No.
25.- ¿Su actualización más reciente en materia de vocabulario es “pirobo”?
Sí.
No.
26.- ¿Las palabras que utiliza para describir los órganos reproductivos del hombre y la mujer no aparecen en los tratados científicos sobre el tema ni en los libros de educación sexual?
Sí.
No.
27.- ¿Utiliza un léxico con los amigos, otro en el trabajo y otro con la familia?
Sí.
No.
28.- ¿Sus comentarios sobre situaciones laborales a veces son malinterpretados, al extremo de considerarse agresiones personales?
Sí.
No.
28.- ¿Este test le parece algo terminado en ada?
Sí.
No.

Resultados
De 0 a 5: Si usted no trabaja en el cuerpo diplomático; dictando clases de dicción en un convento de clausura o de expresión a candidatas de reinado, desperdicia su talento. Tiene un lenguaje tan dulce, que le recomiendo una prueba de glucosa, por aquello de la diabetes.
De 6 a 10: Pese a que en general respeta el idioma, en situaciones extremas se le sale un adjetivo. Situación traumática, que lo ruboriza, avergüenza y obliga a presentar disculpas, así la mayoría de sus interlocutores ni siquiera se hayan dado cuenta.
De 10 a 15: Las administra. Sabe que son solo para ocasiones especiales. Escoge sus destinatarios con cuidado y suelta las palabras en el momento exacto, con la precisión de un relojero. Son el arma para agredir a los enemigos eternos o del instante. Aunque veces se le sale un madrazo gratuito.
De 15 a 20: Ya sé que este test parece una @#€x$/*, pero usted es libre de utilizar su +xx¬€# tiempo en lo que le dé la €x$/**+xx gana. Además no niegue que las @#€xx¬€# preguntas le evocaron algunos @#€x$/* momentos de su vida, incluso aquellos escasos en los que por andar diciendo @#€xx¬€# palabras se metió en uno que otro lío.
20 o más: Más @#€x$/**+xx¬€# será usted.