El departamento de soluciones mágicas es uno de los
patrimonios más antiguos de la humanidad. Periódicamente alguien se inventa,
descubre o simplemente o reencaucha algún concepto, actividad producto u organización que sirve para todo.
Mi memoria personal incluye el noni (una fruta de los mares del Sur) el
chontaduro y el borojó (apoyemos el producto nacional). En determinado momento
empezaron a circular versiones que atribuían a
los vegetales mencionados todo tipo de atributos, incluyendo los dos
infaltables: curar el cáncer y servir como poderosos afrodisíacos.
Lo que vino después fue una especie de histeria colectiva
encaminada a adquirir el producto de turno y una cadena de distribución con
tintes de mercado negro. Pero todos estos insumos milagrosos tienen su vida útil. Del noni quedan algunas botellas vacías o semivacías
llenándose de polvo. El borojó pasó a ser opción de jugo y el chontaduro comida
callejera de regiones y temporadas.
Los “curalotodo” no son solo comestibles. Hace como 5 años
circuló profusamente un video cuyo nombre no cito porque era secreto, cuyo
contenido –creo, porque nunca lo vi- aseguraba la fórmula infalible para
lograr algo. Si “algo” era llenarse de plata vendiendo videos,
funcionó bastante. Aunque el mercado colombiano no fue su ejemplo más
representativo, pues lo que sí vi fueron múltiples copias, todas ellas piratas,
distribuidas en las esquinas o de mano en mano entre grupos familiares y de
amigos.
También le toca el turno a los países. La India se pone de
moda por épocas. En tiempos de hippies y
otros melenudos descomplicados, era obligatorio tener un gurú, hacer un viaje
de iniciación, vestirse de tela y asumir la profunda espiritualidad de los
vedas. Y si dije alguna barbaridad me disculpo, pero en mi defensa alego que
pocos hicieron la vuelta, la mayoría se limitó a hablar de ella con palabras
como vedas, kamasutra, brahmaputra, ghandi, bollywood y curry que no se sabe si tienen alguna relación con el asunto, pero suenan a hindú.
Hubo en tiempos pasados una cosa llamada mesmerismo, en el
cual todos los problemas se solucionaban con un imán por cuenta del magnetismo
animal. Económica y políticamente hablando, comunismo, fascismo, globalización, gaitanismo, peronismo y capitalismo han prometido solucionar, de una vez y para siempre, todos los problemas de este planeta.
En los tiempos actuales, es la tecnología. Para ser exacto, una aplicación
específica de la tecnología. Sirve para todo. Equipos de trabajo, familias
extensas, relaciones de pareja que suman más de dos, actividades sociales,
crisis empresariales, hijos que comparten colegios, compras especializadas,
gustos compartidos, desempleo, vicios o manías de las comunes y de las otras,
expresiones políticas en pro o en contra de algo, equipos de fútbol que pierden
todos los partidos, desocupados que se acaban de conocer, desconocidos que
desean conocerse, recetas de cocina,
intenciones electorales, desprogramados, enfermedades huérfanas, fiestas
clandestinas, celebraciones religiosas...
Hablamos, como no, de la acción obligatoria cada vez que
tres personas o más se juntan. Acción que sirve para seguirse juntando sin
necesidad de volverse a juntarse porque requieren estar juntos pero no pueden o no quieren juntarse.
Suena complicado, pero es sencillo. Solo se trata de crear
un grupo en whatsapp. Así, ante cualquier situación se puede bajar, subir,
colgar, leer o escribir y asunto arreglado. Esa es la solución mágica para todo, modelo 2016.